Demasiado niña para ser mujer,¿Quién me ha robado la infancia?

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La edad de la primera regla se acerca ya en Europa a los 11,5 años – Los expertos apuntan a la obesidad como primera causa y alertan de las consecuencias psicológicas y sociales.

¿Quién me ha robado la infancia?

El impacto psicológico y emocional es acusado. El niño con pubertad precoz, más bien la niña, vive “una discrepancia entre el desarrollo somático y hormonal que aflora y el desarrollo cognitivo de su edad cronológica”, explica María Jesús Mafantil del hospital Gregorio Marañón. Sin embargo, la doctora Mardomingo es clara: “No se ha establecido una relación entre pubertad precoz y psicopatología. Se trata de un trastorno hormonal, pero no entraña mayor riesgo psicológico posterior”. De cualquier modo, “puede haber problemas de relación con el grupo, algo importante de cara a la afirmación personal de la niña. Y quizás extrañeza ante sí misma, ya que en la niña el proceso de maduración es más visible”, añade.

El adelanto de la pubertad suele relacionarse con la puesta en marcha del interés sexual, pero “éste está medido y compensado con otros factores. El estallido hormonal no implica necesariamente un repunte de la libido a edades tan tempranas: depende de la educación, el carácter de la niña, de su madurez psicológica y otras circunstancias. No hay paralelismos”, subraya Mardomingo. “Los rasgos morfológicos y los cambios físicos sí empujan en algunos casos a quemar etapas”, pero la mayoría mantiene sentimientos e intereses infantiles.

¿Quién me ha robado la infancia? ¿Por qué tengo que vestirme de mayor y ser coqueta? se preguntan algunas niñas. “Quiero jugar”, insisten. No todas reaccionan igual. La actitud de estas niñas-jóvenes ante los cambios que les ofrece el espejo es diversa. Algunas pisan el acelerador y comienzan a comportarse como preadolescentes en potencia: quedan con las amigas si se lo permiten sus padres, van juntas de compras, deciden que jugar es cosa de niñas pequeñas y empiezan a hablar de depilatorios y brillos de labios. Otras encorvan los hombros para esconder sus formas, viven pasivamente estos cambios, buscan compañeros de juegos más pequeños y no sienten interés por pasarse a la moda juvenil. “Que dure”, dice la madre de una de estas últimas.

María Jesús Mardomingo opina que al margen del adelanto objetivo de la pubertad, hay una tendencia social o de márketing a acortar o escamotear la infancia. “Se viste a las niñas de doce años como si tuvieran 18 años”. Todo se confabula para ir deprisa. Volver atrás es ya una utopía.

Vía: Elpais.com

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