¿PADECE MI HIJO BULLYING ESCOLAR?

Se denomina bullying o maltrato escolar a cualquier tipo de maltrato físico, verbal o psicológico sufrido por un escolar a manos de otro. Este maltrato debe de ser prolongado en el tiempo y reiterativo, con el claro objetivo de minar poco a poco la psicología de la víctima.

Aunque las creencias populares suponen que el acoso escolar se produce principalmente entre niños varones, lo cierto es que, debido a que el tipo de violencia dominante y más peligrosa  en este ámbito es la psicológica, el bullying traspasa las barreras de lo visible para extenderse como la carcoma entre ambos géneros siendo incluso más habitual entre las niñas.

Los padres debemos tener claro entonces que no nos enfrentamos únicamente a riñas o problemas entre chicos, sino a una tortura prolongada en el tiempo, con unos métodos claros y reiterativos cuya finalidad es la dominación y humillación de la víctima por parte del agresor con la complicidad y la indiferencia de compañeros e incluso profesores.

Dicha tortura implicará siempre un abuso de poder en el que la víctima visualizará a su agresor como un ser más fuerte y más capaz, con posibilidad de hacerle un daño inmenso, por lo que el terror impedirá al agredido rebelarse ante la situación.

Es poco habitual también que la víctima hable del acoso con sus padres, sus amigos o cualquier otra persona, puesto que inevitablemente sentirá una mezcla de sentimiento de culpabilidad y vergüenza.

Como padres, entonces, debemos tener en cuenta que nuestro hijo no será quien nos trasmita sus verdaderas condiciones dentro del aula. Normalmente la víctima de la violencia escolar suele volverse una persona retraída y herida, con sufrimientos que pueden llegar a conducir a tendencias suicidas e incluso a la muerte.

¿Cómo podemos averiguar entonces si nuestro hijo sufre bullying?

Aunque existen muchas maneras de conocer el estado psicológico de nuestros hijos, lo cierto es que nuestra inexperiencia en ese campo puede conducirnos a errores a la hora de valorar realmente la situación social del niño.

Así pues,  en un primer momento nos resultará muy difícil determinar si nuestro hijo padece acoso escolar. Por ello, ante todo deberemos averiguar si el niño se comporta de manera extraña o anómala, lo que será un indicativo de la existencia de un problema, que no siempre tendrá por qué tener relación con el aquí expuesto.

Los cambios en el estado del humor, como la aparición de la tristeza o la irritabilidad, las faltas de respeto hacia padres o hermanos, el bajo rendimiento escolar repentino, trastornos del sueño, cambios en el apetito (comer poco o demasiado), negarse a ir al colegio o no tener amigos pueden ser muestras de que algo está fallando en el pequeño.

También pueden aparecer pruebas más evidentes como golpes, moratones, etc.

Por ello, ante cualquier sospecha resulta aconsejable acudir en un primer momento al centro y ponerse en contacto con el tutor del niño así como con la dirección del mismo si así se requiriese.

Además, existen numerosas asociaciones como la Asociación No al Acoso Escolar (noalacoso.org) o la Asociación Española de Prevención del Acoso Escolar (https://www.acoso-escolar.es/) donde podremos encontrar más información al respecto.

Publicado por Rodrigo Fernández

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