Cuando premiar a tus hijos se te sale de las manos

Cuando un hijo desobedece y opta por tomar conductas rebeldes, pidiendo algo a cambio, muchos padres se ven en la tarea de acceder a sus peticiones: o lo ‘premian’ o no hay manera de que se comporte y se corrija.

Quiero un chocolate, quiero más tiempo en Internet, quiero pasar todo el día jugando en la calle y después hacer las tareas, quiero los juguetes de mi hermano y no los míos, quiero, quiero, quiero…

¿Qué pasa cuando el premiar a los hijos, empieza a salirse de las manos de sus padres? Es ahí cuando el niño se mal acostumbra y no adquiere buenos hábitos y conductas, por su propio desarrollo y crecimiento, si no es estimulado o ‘recompensado’.

A simple vista es una especie de chantaje, porque el menor ve a su padre como la fuente de todo lo que necesita. Y si este acostumbra al niño a suministrarle constantemente lo que desea, el pequeño va a hacer el mejor de sus ‘berrinches’, hasta que consiga lo que quiere.

Laura Duque, psicóloga del Colegio Altamira, aseguró a revista Miércoles que los padres deben tener cuidado a la hora de que querer que su hijo logre determinada conducta, sean buenas notas en el colegio, o que salude a la familia de manera afectuosa, a través de premios o recompensas.

“Muchos padres podemos probar infinidad de técnicas para poder controlar, educar, enseñar, o tranquilizar al menor, pero hay que ser cuidadosos pues tendemos a confundirnos y terminamos controlando o dominando al niño, por tratar de cumplir con el deber de educarlo. Lo anterior creyendo que esto nos hace mejores padres, o por querer formarlo adecuadamente, pero con demasiada flexibilidad”, expresa Duque.

De igual forma la psicóloga recomienda evaluarse como padres. ¿Estaré intoxicando a mi hijo de regaños?, ¿cómo es mi temperamento frente al menor?, ¿me olvido de elogiar los buenos comportamientos y le recuerdo más lo mal que se comporta?

Para Laura es importante que los padres entiendan que los menores son solo niños en etapa de crecimiento, y por lo tanto no es necesario tener todo el día a alguien que los dirija, los premie o los castigue. “Esta intensidad hace que ellos se sientan muy limitados en experiencias y los frustra. Es por eso que a veces se muestran como niños insoportables o groseros con sus padres, lo que conlleva a castigos más severos, complicando la situación”.

En cuanto a los premios, la psicóloga expresa que puede ser incluso una buena estrategia para inducir al niño al inicio de algún hábito que se quiere que este aprenda, pero se debe cuidar que no se convierta en una costumbre.

“Por ejemplo, quiero que aprenda a ir al baño y logre sentarse. Aquí puedo utilizar premios como hacer una cartelera al lado del sanitario y que cada vez que él se acerque y se siente, le regalo una carita feliz para que la pegue allí. Esto inicialmente funciona y emociona al niño tanto, que quiere repetir la acción, pero se recomienda que después de varios días se debe disminuir y alternarla con un abrazo o gran sonrisa hasta que ya el niño cree el hábito y no tenga que depender de ningún tablero ni carita feliz o sticker. Por otro lado cuando se premia al niño para que estudie para un examen, o que repase lo aprendido en el día en la escuela, debe cuidarse que no se convierta esto en un hábito inadecuado para el menor, siendo que solo quiera estudiar, para obtener algún tipo de recompensa material. Un hijo debe aprender que estudiar es su deber y hacerlo con agrado”.

A su vez, Laura menciona que también están los premios inadecuados, que son por ejemplo, cuando el niño pierde en un concurso de una fiesta infantil, y empieza a llorar y patalear porque quería ese premio. “Ahí la madre se conduele de su hijo y sale corriendo a buscarle un premio para calmarlo. Esto es un gran error, porque se estaría reforzando la conducta negativa de pataleta del niño, y lo va a seguir haciendo. Lo mejor en estos casos es el diálogo y mostrarle que la violencia y la actitud de negación no es la alternativa más adecuada. Enseñarlos a perder sanamente”.

Jacqueline Bustamante Rodriguez, psicóloga, terapeuta de familia y pareja, y fundadora del centro de soluciones familiares Family Love Soluciones, expresó que en los casos donde los niños se han acostumbrado al premio, como única opción de portarse bien, los padres deben sentarse a pensar si han dialogado lo suficiente con sus hijos.

“Deben entender que los premios se dan a nivel afectivo, no a nivel material, ni correctivo. El padre tiene que hacer que su hijo tenga una actitud de escucha, y cuando lo logre, explicarle el porqué no debe volver a repetirse determinado comportamiento. Eso sí, siempre inculcándole al menor los valores y principios morales, para que con el tiempo el niño crezca como un ser humano que se pueda desenvolver muy bien tanto a nivel personal, como a nivel social. Y, por supuesto, que sea un niño sano emocionalmente”.

Otro apunte que hace la psicóloga es que los padres deben buscar estrategias para que su hijo cumpla con sus responsabilidades, de acuerdo a su edad, sin tener que recompensarlo para que lo haga. “El error es de los padres, porque debe convertirse en un hábito, y no en algo que esté condicionado a un premio. No quiere decir que yo no le pueda dar un chocolate a mis hijos, sino que no lo voy a acostumbrar con recompensas, y que más adelante, cuando no tenga nada que darle, el niño pierda el control y no se comporte adecuadamente. Además, es vital tener en cuenta la edad del niño, para poder nivelar su grado de responsabilidad”, expresa Jacqueline, agregando que existen padres que sin importar la poca edad de sus hijos, le exigen responsabilidades que emocionalmente el niño no tiene la madurez para hacerlas.

“Pienso que los padres se deben educar para saber qué les corresponde en un proceso de formación, ya que es todo un compromiso ser padres. A la hora de haber adoptado la misión de tener un hijo, nos volvemos formadores para la vida de los niños. Tenemos que dar el ejemplo”, concluye Bustamante.

« Los padres deben entender que los premios se dan a nivel afectivo, no a nivel material ni correctivo”. – Jacqueline Bustamante

« Se puede premiar al niño para que inicie un hábito, pero debe evitarse que se acostumbre a recibir algo”. – Laura Duque

Por Ana Milena Pugliese A
Twitter: @AnaMilenaPug

Vía: Elheraldo

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