SE NECESITA:

• Animales de peluche
• Palos de polos helados
• Linterna
• Tela, tiras de velcro

Monta una clínica veterinaria en la sala de estar o en el cuarto de jugar cubriendo una mesita baja con una toalla. Esta será la camilla de reconocimiento. Incluso si tu hijo tiene ya instrumental médico de juguete, siempre se puede improvisar: utiliza palos de polos helados para bajar la lengua, una linterna para examinar oídos y la garganta. Puedes fabricar un termómetro dibujando la escala de temperatura en otro palo de polo. Por otro lado, tal vez desees donar la báscula de baño a la clínica para que la usen todo lo que necesiten. Por último, se pueden hacer vendas y tiritas con trozos de tela inservible y tiras de velcro.

Los niños de inventarán sus propios instrumentos y métodos; nuestro hijo insiste en que a su osito de peluche hay que medirle la presión sanguínea en las orejas con un utensilio que sirve para rociar el pavo con salsa. ¿Para qué vamos a discutir? Que sepamos, el oso aún no se ha quejado de dolor de oídos.

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