SOMBRILLAS CON FILTRO SOLAR: UN IMPRESCINDIBLE

Que debemos protegernos del sol no es nada nuevo; todos recordamos esos días de campo y playa de la infancia en los que nuestras madres insistían en embadurnarnos con todo tipo de cremas, (y también recordamos cómo solíamos huir de tan fastidiosa ceremonia).

Bajo la coloreada sombrilla, normalmente los más mayores y los bebés se protegían de los rayos solares, o eso parecía.

En realidad, una simple sombrilla deja pasar los rayos UVA a través de su tejido, por lo que, aunque nos proporcionen alivio ante el calor veraniego, lo cierto es que no salvaguardan nuestra piel.

Es algo que ahora sabemos, y es lo que ha propiciado la aparición de las sombrillas con protección para los rayos UVA.

Considerando que los efectos negativos de estas radiaciones aumentan exponencialmente cada año, como consecuencia del cambio climático y el agujero de la capa de ozono, y teniendo en cuenta además el efecto memoria que tiene nuestra piel, protegerse adecuadamente se hace imperativo.

EL EFECTO MEMORIA DE LA PIEL: QUÉ ES

Por lo general, las enfermedades causadas por la exposición al sol sin ningún tipo de protección suelen manifestarse después de que se nos hayan olvidado ya esas horas de esparcimiento y felicidad vacacional. De ahí que hablemos del efecto memoria de la piel.

Protegerse con cremas solares adaptadas a nuestras necesidades es un buen comienzo, pero hay que tener en cuenta que los efectos de esas cremas son limitados, y que hay que repetir constantemente su aplicación.

Muchas personas optan, entonces, por descansar de la exposición al sol situándose bajo una sombrilla. Y ahí es donde está el problema: una sombrilla corriente no nos protege de las radiaciones UVA, y nos estaremos engañando con la falsa sensación de estar protegidos, al estar resguardados del calor, cuando una cosa son los rayos ultravioleta y otra los rayos infrarrojos.

Estos últimos son responsables de la sensación de calor en nuestra piel, y por ello tendemos a pensar que, si no sentimos calor, tampoco nos estamos quemando.

Es un error muy frecuente, y que debe evitarse. No olvidemos que, en los días de verano en los que el cielo está nublado, es cuando más nos quemamos, ya que, al no sentir sensación de calor, pensamos que el sol no nos afecta. Y no: los rayos UVA sí atraviesan las nubes.

Del mismo modo, una sombrilla corriente nos estará protegiendo del bochorno estival, pero no así de los nocivos rayos que perjudican nuestra piel, y que pueden acabar provocando, con los años, enfermedades serias.

Por ello, es importante que todos, y muy especialmente las personas sensibles, niños y bebés, estén convenientemente protegidos en los días de primavera y verano.

Tengámoslo en cuenta a la hora de adquirir nuestra sombrilla.

 

Zenda B. Austen

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