La escoliosis en los niños

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La escoliosis es detectada generalmente durante la infancia y la adolescencia y es una condición bastante común. Entérate de todo lo que necesitas saber acerca de la escoliosis en los niños.

¿Qué es la escoliosis?

La espina dorsal tiene una cierta curvatura normal para que el ser humano pueda mantener el equilibrio, pero muchas veces presenta una curva mayor que va de lado a lado, en forma de S, y que se denomina escoliosis.

La escoliosis está presente en 3 de cada 100 personas y puede desarrollarse de manera gradual, por lo que generalmente se diagnostica entre los 10 y los 14 años. Esta curvatura anormal de la columna vertebral puede surgir por herencia, aunque la mayoría de las veces no se sabe cuál es la causa.

La escoliosis más común es la idiopática y generalmente no necesita tratamiento. Las formas más pronunciadas de escoliosis pueden hacer que la curva sea visible y da como resultado algo de incomodidad o baja autoestima.

La escoliosis grave, rara vez encontrada, puede ocasionar problemas en los pulmones, el corazón y las articulaciones, aunque la mayoría de las veces, la escoliosis no afecta a la vida del niño.
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¿Cómo se diagnostica la escoliosis?

En los controles médicos de tu hijo, probablemente veas cómo le controla la columna. Como la escoliosis no aparece de repente sino que se va formando, puede que cuando tu hijo es pequeño no se pueda detectar, pero cuando ya llegue a los 10 años aproximadamente, sí se podrá.

Cuando tu hijo tiene escoliosis, el médico te mostrará la curvatura de su columna, y en muchos casos se puede notar que tiene un omóplato más afuera que el otro o más arriba que el otro, o que las costillas de un lado se notan más que las del otro.

De todos modos, puede indicar la realización de una radiografía para comprobar la curvatura y para ver si es necesario derivarlo a un ortopedista.

¿Cuál es el tratamiento para la escoliosis?

En la gran mayoría de los casos la escoliosis no se trata porque no trae problemas ni dolor. Con el paso de los controles el pediatra controlará que la curvatura no se vaya haciendo cada vez más pronunciada, aunque al llegar a la maduración puberal se detiene el proceso de curvación.

Si es derivado a un ortopedista, éste verificará mediante el ángulo de Cobb si se necesita tratamiento. Si el ángulo da entre 10 y 15 grados de desviación, no necesita tratamiento. Si es de 20 a 40, el ortopedista puede indicar la colocación de un soporte de espalda. Y si es 40, 50 o más grados, puede significar que se necesita una cirugía para corregir la columna.

Vía: Entrepadres

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