Las caricias y el masaje. Cuidado del bebé.

Las caricias son importantes para todos los animales jóvenes (incluyendo los humanos) ya que en una parte fundamental del proceso de vinculación que permite que las criaturas progresen. Se ha visto que los bebés prematuros aumentan más de peso cuando se utilizan mantas de lana de oveja que cuando se usan cobertores de algodón, porque cuando se mueven les parece que son acariciados y están más contentos.

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LA IMPORTANCIA DE LAS CARICIAS

El bebé nace sociable y busca el afecto físico. Este efecto se comunica con caricias, besos y abrazos. Es importante, por lo tanto, que desde el inicio los padres manifiesten libremente el afecto físico. El bebé desea la proximidad de sus padres y que ellos lo alcen. Si lo hacen, llorará menos y será más fácil controlarlo. Debemos recordar también que si lo llevamos en una mochila contra el cuerpo el bebé se siente abrazado y nosotros podemos hacer otras cosas al mismo tiempo. Los bebés pequeños son mucho más fuertes de lo que pensamos. Debemos ser firmes, pero evitar movimientos torpes y repentinos, ya que sobresaltarían al bebé en lugar de consolarlo. A medida que el bebé vaya creciendo, podremos ser más vigorosos con él: le encantará rodar por el suelo con sus padres, pero si él se siente molesto, no debemos continuar y menos aún si nos tira del pelo o nos araña: un niño de menos de un año no sabe que esto es doloroso.

DAR UN MASAJE

El cuello y los hombros: Con los dedos y los pulgares, masajee suavemente el cuello del bebé, desde las orejas hasta los hombros y desde el mentón hasta el pecho. Luego los hombros, desde el cuello hasta afuera.

Brazos: Acueste al bebé de espaldas y mantenga un brazo levantado. Masajee cada brazo con las puntas de los dedos,  primero desde la muñeca hasta el codo y luego desde el codo hasta el hombro. (¡Tal vez descubra que es cosquilloso!) Luego apriete suavemente el brazo en todo el largo, comenzando desde el hombro.

El pecho y el vientre: Acaricie suavemente el pecho del bebé en dirección descendente, siguiendo la línea delas costillas. Se puede utilizar primero una mano y luego la otra, en movimiento continuo. No apriete demasiado. Masajee el vientre con un movimiento circular de la mano, trabajando desde el ombligo hacia afuera. Hable y cante suavemente mientras lo hace.

La cabeza: Masajee la coronilla del bebé con ambas manos, realizando movimientos circulares, luego acaricie hacia abajo los costados de la cara. Con las puntas de los dedos, masajee la frente y las mejillas, trabajando desde el centro hacia afuera. Esto resulta muy tranquilizador.

Los pies: Masajee los tobillos y los pies del bebé, yendo desde el talón hacia los dedos y luego dedíquese a cada dedo por separado. Es posible que el bebé patee y arquee los dedos. Si tiene menos de tres meses, muéstrele los dedos para que comience a incorporarlos como parte de su cuerpo.

Las piernas: Masaje las piernas del bebé una a una. Ponga la mano libre sobre su vientre y luego apriete suavemente la pierna, desde el muslo hasta el tobillo.

La espalda: Una vez que ha masajeado la parte delantera del bebé, vuélvalo sobre el vientre y masajee su espalda. Usando ambas manos, deslice las palmas sobre su espalda desde las axilas hasta las nalgas, apretando muy suavemente la columna con los pulgares. Hablelé sin parar ya que en esta posición no puede verlo.



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