¿Os imagináis compartir casa con cientos de muñecas y muñecos? Mucha gente posee en sus viviendas extensas colecciones, algunas, incluso, con más de un centenar de piezas, pero no hablamos de ese tipo de coexistencia.

Marilyn Mansfield, una modelo de tallas grandes residente en Staten Island, Nueva York, posee más de 300 muñecas a las que cuida como si de pequeños seres humanos se tratase.

Así, para Marilyn sus muñecos y muñecas son como si fueran niños reales. Los llevo donde tú llevarías a un chico real. Lo hago por mí, porque me hace feliz. Estaba encantada cuando mis hijos eran chicos, y estos chicos lo son para siempre. Les compro ropa. Nunca crecen y nunca se ensucian. Sé que no están vivos, pero sus expresiones faciales les dan su propia personalidad. Cuando las mujeres tienen un bebé en brazos, segregan hormonas. Creo que eso me pasa a mí, y me hace sentirme bien.

Entre los peculiares miembros de la familia de Marilyn destacan muñecas como Barbies y otros más desagradables, con extrañas e inquietantes expresiones en sus rostros.