PELIGROS INSOSPECHADOS

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Cada año se decomisan miles de artículos las aduanas de la Unión Europea por contravenir las normas de seguridad de la Comunidad. Una gran parte de estos objetos está destinada a uso infantil, como juguetes o artículos de puericultura.

No obstante, algunos de estos productos logran superar los controles de seguridad aduanera y son puestos a la venta en tiendas y comercios de toda índole. En la Comunidad de Madrid, por ejemplo, en una serie de inspecciones realizadas a comienzos de este año por el Ayuntamiento de la capital, fueron retirados, entre otros, 339 juguetes y 74 artículos de puericultura que se encontraban listos para la venta en diversos locales.

Los principales riesgos detectados y que llevaron a las autoridades a requisarlos fueron su toxicidad, la existencia en los mismos de piezas de pequeño tamaño que pudiesen causar ahogamiento y otros peligros potenciales como poseer zonas cortantes o incluso causar quemaduras y descargas eléctricas.

Asegurarse de que los objetos que estarán en contacto con los más pequeños de la casa son seguros resulta una tarea ardua y, a menudo, muy difícil. Una de las primeras y más importantes medidas a tomar es cerciorarse de que los artículos que vayamos a adquirir estén adaptados a la edad de los niños. Existen códigos estándar que nos indicarán la edad mínima y máxima de uso del juguete. Hay también indicadores de calidad, como el distintivo de la Unión Europea (CE), pero estos son, como denuncian múltiples asociaciones de consumidores, fácilmente falsificables.

No obstante, como casi siempre, la última y mejor medida de protección somos nosotros mismos. Debemos tener especial cuidado con los juguetes de pequeño tamaño o con aquellos que contengan partes que puedan conllevar riesgos de asfixia. Los artículos deben especificar si estas piezas son peligrosas para menores de tres años. Se consideran así aquellas menores de 3 centímetros de diámetro y 6 de largo.

Por su parte, los juguetes con cuerdas de una longitud superior a 30 centímetros representan un riesgo de estrangulamiento, especialmente para los bebés.

Otros artículos peligrosos son aquellos que funcionan con electricidad. Piensa que si no están bien aislados pueden causar descargas eléctricas potencialmente dañinas.

Sin embargo, lo más importante es que estés presente cuando el juguete sea extraído de su embalaje y compruebes con detalle todas sus partes. Puedes ayudarte de las instrucciones, que son obligatorias.

Y, por supuesto, ten claro que la mejor manera de combatir este tipo de fraudes que ponen en riesgo de una manera tan evidente la salud de nuestros pequeños es denunciando siempre que te encuentres con un caso de ilegalidad. Solo así los organismos públicos sabrán donde deben actuar y retirar estas potenciales amenazas del mercado.

Rodrigo Fernández

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