Muchos de vosotros a lo mejor ya conocéis este tratamiento, a nosotros nos ha impresionado tanto al leerlo que hemos decidido compartir con vosotros una entrevista que realiza la revista VICE al inventor de este procedimiento para perder peso. Juzguen ustedes mismos.

Ir al gimnasio es duro. Requiere mucho esfuerzo y 45 minutos de ejercicio solo suponen el equivalente calórico de dos pintas de cerveza. Perder peso así es una mierda y agota, así que muchos han optado por la “malla supralingual”, lo último en alternativas para perder peso. Esta técnica se practica principalmente en Sudamérica y consiste en coser un trozo de malla de plástico a la lengua de los pacientes con seis puntos.

El paciente tiene que pasar un mes con la malla en la boca. Desde el primer día, resulta increíblemente doloroso comer algo sólido, así que los pacientes se ciñen a una estricta dieta a base de líquidos, como caldo, batidos, zumos y sopa. El precio de coserse la malla en la boca durante un mes es de tan solo 600 dólares. ¿El resultado? Perder casi 14 kilos en 30 días.

El Dr. Raúl Góngora es el padre de la criatura. Este médico afincado en Tijuana dio con la idea hace 16 años y, según afirma, ha colocado la malla a miles de pacientes cada año sin ningún problema. Su amigo y compañero, el Dr. Leonel González, también realiza las mismas intervenciones en Bogotá, aunque primero probó la malla él mismo: nos asegura que perdió algo más de 18 kilos. La técnica aterrizó recientemente en EUA, donde ha levantado una gran polémica. Algunos pacientes tienen dificultad para hablar y dormir y otros médicos opinan que es una forma extremadamente poco saludable de perder peso. Hablamos con el Dr. Góngora, el inventor de la malla adelgazante, y su compañero, el Dr. González, firme defensor de este tipo de cirugía.

VICE: ¿Cómo empezó el proceso?

Dr. Raúl Góngora:los mexicanos se preocupan más por el presente. La obesidad es un problema muy grave que se debe a la falta de disciplina. Este método es un freno físico y psicológico.

La malla ha llegado a los EUA de la mano del cirujano plástico de Beverly Hills Nikolas Chugay, aunque parece tener mayor arraigo en Sudamérica.

Las intervenciones del Dr. Chugay suponen una amenaza para la población de los Estados Unidos, ya que mi método todavía no ha sido aprobado por la FDA.

¿Cuáles son los datos demográficos de sus pacientes?

Nuestros pacientes tienen entre 12 y 80 años; el 80 por ciento son mujeres y el 20 por ciento, hombres.

¿Cuánto cuesta el procedimiento?

Es muy barato, entre 600 y 900 dólares, asequible para todos los bolsillos. No entiendo que médicos como el Dr. Chugay se aprovechen de nuestro invento para cobrar hasta 3.000 dólares.

¿Es una intervención polémica? ¿Hay consecuencias o dolor a largo plazo para comer?

No. Al contrario, el paciente se desintoxica y sigue la dieta recomendada. No sufren desnutrición ni complicaciones.

¿Qué opina sobre ir al gimnasio y seguir una dieta de forma disciplinada, en comparación con su forma de abordar el problema?

Creo que perder peso con métodos como este requiere menos esfuerzo. Ayudan a seguir la dieta sin saltársela.

¿Qué diría a la gente que piensa que no es un buen método?

Si nuestra técnica no funcionara o no diera buenos resultados, la habría abandonado hace años.

VICE: ¿De qué está hecha la malla?

Dr. Leonel González:Está fabricada con un material sintético hipoalergénico, bioinerte, biológicamente compatible y que no reacciona a las estructuras anatómicas.

¿Hay efectos secundarios?

Los efectos secundarios dependen principalmente de tres factores:

Primero: el médico debe averiguar si existen alergias o patologías obstructivas. Segundo: explicar [a los pacientes] con detalle qué hace la malla adelgazante y qué no hace, en qué consiste y cuáles podrían ser los resultados en cada caso específico. Tercero: debe hacerse un seguimiento semanal estricto durante el tiempo que el paciente lleva la malla y dos mensuales después de la intervención.

Aunque el paciente debe comer al menos cinco veces al día, algunos se saltan esta norma porque no tienen hambre y, como consecuencia, se dan algunos casos de niveles bajos de azúcar en sangre.

También debe incorporarse una dieta a base de líquidos para obtener los mejores resultados posibles. Esta dieta se compone de batidos altamente proteicos, ricos en vitamina C, bajos en calorías y naturales, con un máximo de 1.100 calorías al día. Se acompañan de suplementos naturales que ayudan a regular el metabolismo en general.

¿Es un procedimiento polémico? ¿Hay consecuencias o dolor a largo plazo para comer?

Todo lo que es innovador resulta inevitablemente polémico, más aún cuando se trata de salud. Si la malla no se coloca correctamente por un médico cualificado puede provocar dolor e incluso complicaciones a la hora de retirarla. Por eso es muy importante la elección del cirujano. No olvidemos que la lengua es uno de los músculos más fuertes del cuerpo, además de ser el órgano responsable del gusto y del acto de tragar.

¿Qué ocurre cuando se le quita la malla al paciente? ¿Se requiere algún procedimiento adicional?

Después de transcurridas entre cuatro y seis semanas (como máximo), se extrae la malla y se inicia un periodo de control de ocho semanas, en el que poco a poco corregimos los hábitos alimentarios del paciente. No hay que olvidar que el paciente necesita estar motivado y que el médico tiene que realizar un seguimiento. Eso es fundamental.

¿Qué diría a la gente que piensa que no es un buen método?

Les diría muchas cosas, porque en cuatro años he perdido más de 18 kilos gracias a la malla adelgazante. Haber perdido ese peso me ha permitido recuperar la salud y la autoestima. Esta situación duró cuatro años. Soy el más firme defensor de esta técnica, después de su creador. No cabe duda de que, después de más de 1.000 intervenciones, es el mejor método para perder peso de forma saludable sin necesidad de someterse a cirugía.

Vía: Vice