Juegos populares de nuestra infancia (parte III)

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Juegos populares de nuestra infancia (parte III)

Las Canicas

Historia

El origen de este juego se remonta al Antiguo Egipto, se han encontrado canicas en la tumba de un niño egipcio de alrededor del año 3000 a. C. En otras zonas, como en Creta, los niños jugaban con canicas construidas a partir de materiales preciosos. En la Roma pre cristiana las canicas eran un juego infantil cuya popularidad se extendió hasta la Edad Media y se utilizaban materiales como los huesos de aceitunas u otros frutos como avellanas y castañas. Hasta principios del sXX algunas estaban fabricadas de piedra.

Juego

Hay diferentes modos de juego, el más común consiste en golpear las canicas de los demás tres veces. En el tercer golpe, o también llamado tute, es cuando se elimina al contrincante, para ello se debe tirar a “gua” y meter la canica.

Normas: Cada jugador podrá ir a golpear cualquier canica. Si falla, no perderá los golpes conseguidos hasta el momento y pasará el turno a otro jugador. Si una canica cae en un sitio con obstáculos, el jugador podrá decir “pido pardo”, que significa limpiar la zona eliminando los obstáculos, pero por si lo contrario, un jugador que tenga protegida su canica y diga “no vale pardo” no se podrán limpiar los obstáculos existentes. Cada jugador tirará desde donde se ha parado su canica, pudiendo acercarse más mediante el palmo de la mano con la que no se lanza la canica. La forma de lanzar las canicas puede ser mediante la uña del dedo (a uñeta) o con la última falange del dedo pulgar. Algunos jugadores jugaban a partidas llamadas “a verdad” o “a mentira”, que significaba que si jugabas “a verdad” y perdías, tenías que darle una canica a tu rival, si jugabas “a mentira” y perdías no le dabas canica.

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Que recuerdos en esas tardes de invierno se nos hacia de noche viendo jugar a mis hermanos y amigos. Uno de mis hermanos llegó a juntar una bolsa llena de canicas de todos los colores. Llegábamos a casa con las manos heladas de tanto jugar pero merecía la pena esas horas de este estupendo juego muy entretenido aunque aveces surgiesen riñas entre los chavales por engaños pero al final todo quedaba en un trato de cambio de canicas y asunto resuelto. Mis Lucas al no ser articulados en rodillas les tuve que sentar pasándose las canicas y el que las choque gana ese juego, me lo explico mi marido otra modalidad para las canicas.

Hasta aquí otro de los juegos que nos divertían y siguen divirtiendo a los niños y niñas de hoy en día. Como recordarás el primer artículo de esta serie hablamos de CHURRO, MEDIA MANGA O MANGOTERO y el segundo artículo se lo dedicamos a la RAYUELA.

Os esperamos mañana en una nueva entrega de Juegos Populares de Nuestra Infancia.

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